Primera Iglesia Bautista de Ciudad del Este, Paraguay
lunes, agosto 28th, 2006Organizada el 29 de enero de 1978
Pastor Vicente Ojeda
Organizada el 29 de enero de 1978
Pastor Vicente Ojeda
Avenida Cuscatlán Numero 528
Teléfono : 22229203
4109 Burns Rd.
Lilburn, Georgia 30047
(770) 381-8032
http://www.libh.org
IX Región-Chile
www.bautista.cl
Pastor Edgardo Salamanca
El antisemitismo es una ideología racista, una práctica hostil, una expresión
individual o institucional de odio y persecución en contra del pueblo judío por
causas religiosas, étnicas o culturales. El antisemitismo no es un fenómeno
nuevo o una practica que tubo su principio y fin con la derrota de los nazis
durante la segunda guerra mundial, sino que ha estado presente por todas las
edades y aun sigue vivo en las mentes y corazones de millones hasta el día de
hoy.
Este sentimiento de odio en contra del pueblo escogido de Dios comienza desde
muy temprano en la historia de la humanidad y teniendo sus raíces el día que
Adán y Eva pecaron en el huerto del Edén, donde Dios, ante una rebelión de Su
palabra, imparte la siguiente sentencia en contra de Satanás, la serpiente
antigua:
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente
suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Génesis 3:15
Dios en este juicio establece una promesa que de la descendencia de la mujer
vendría Un Libertador que con su pie aplastaría la cabeza a Satanás, pero en
el proceso de aplastarle la cabeza, Satanás tendría la oportunidad de herir,
en sentido figurado, el pie del Salvador, esto es sin duda una referencia a la
muerte de Jesús en la cruz del calvario. Desde este momento en adelante, Satanás
ha intentado prevenir el cumplimiento de esta promesa muchas veces en la
historia.
Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando
ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. Génesis
4:8
Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había
bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo
mataré a mi hermano Jacob. Génesis 27:41
Jacob, después de huir por más de 30 años de la ira de su hermano y una noche
después de luchar con el ángel de Jehová se reencuentra una vez más con Esaú,
pero en lugar de matarlo hay una reconciliación entre los dos hermanos gemelos,
pero decidiendo tomar caminos separados, los dos hermanos nunca más se vuelven a
ver.
Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se
llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus
partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva.
(Éxodo 1:15-16)
Dios en su plan de salvación usa a la misma hija de faraón para proteger y
preparar al bebe Moisés para su futura misión de libertar a su pueblo de la
esclavitud de los egipcios.
Y vio Amán que Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba delante de él;
y se llenó de ira. Pero tuvo en poco poner mano en Mardoqueo solamente, pues ya
le habían declarado cuál era el pueblo de Mardoqueo; y procuró Amán destruir a
todos los judíos que había en el reino de Asuero, al pueblo de Mardoqueo. Ester
3:5-6
Esta vez, Dios usa a la reina Ester, una joven judía que tiene la valentía de
interceder por su pueblo ante el Rey Asuero, revelando los planes malévolos de
Amán. La ira del rey es tan grande que manda a ahorcar a Amán en la misma horca
que Amán había preparado para matar a Mardoqueo, su rival.
Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y
mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos
sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos. Mateo
2:16
Dios, por medio de un sueño, avisa a José para que tomen al niño Jesús a
Egipto para proteger su vida.
Como usted puede ver, a Satanás le es imposible destruir a un pueblo que vive
bajo la protección de un Dios vivo y verdadero. Por causa del pueblo israelita,
ahora la humanidad entera ha recibido dones muy grandes como son: La Biblia y el
Señor Jesús, nuestro Salvador.
El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues;
dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Hechos 9:5