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Sagradas Escrituras Versión Antigua 1569
 
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Juan Capítulo 10

1  
De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, mas sube por otra parte, el tal es ladrón y robador.
2  
Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
3  
A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
4  
Y cuando ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
5  
Mas al extraño no seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
6  
Esta parábola les dijo Jesús; mas ellos no entendieron qué era lo que les decía.
7  
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: YO SOY la puerta de las ovejas.
8  
Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y robadores; mas no los oyeron las ovejas.
9  
YO SOY la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
10  
El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las ovejas ; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11  
YO SOY el buen pastor; el buen pastor su alma da por sus ovejas.
12  
Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las ovejas, y huye, y el lobo las arrebata, y esparce las ovejas.
13  
Así que, el asalariado, huye, porque es asalariado, y las ovejas no le pertenecen.
14  
YO SOY el buen Pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
15  
Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi alma por las ovejas.
16  
También tengo otras ovejas que no son de este corral, aquellas también me conviene traer, y oirán mi voz; y se hará un corral, y habrá un pastor.
17  
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi alma, para volverla a tomar.
18  
Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
19  
Y volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.
20  
Y muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿para qué le oís?
21  
Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado; ¿puede el demonio abrir los ojos de los ciegos?
22  
Y se hacían las Encenias (dedicación) en Jerusalén; y era invierno;
23  
Y Jesús andaba en el templo por el portal de Salomón.
24  
Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo quitas nuestra alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
25  
Les respondió Jesús: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí;
26  
mas vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
27  
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;
28  
y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
29  
Mi Padre que me las dio, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30  
Yo y el Padre una cosa somos.
31  
Entonces volvieron a tomar piedras los judíos para apedrearle.
32  
Les respondió Jesús: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre, ¿por cuál obra de esas me apedreáis?
33  
Le respondieron los judíos, diciendo: Por la buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
34  
Les respondió Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
35  
Si dijo, dioses, a aquellos a los cuales fue hecha palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
36  
¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?
37  
Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
38  
Mas si las hago, y aunque a mí no me creáis, creed a las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre es en mí, y yo en el Padre.
39  
Y procuraban otra vez prenderle; mas él se salió de sus manos;
40  
Y se volvió al otro lado del Jordán, a aquel lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se estuvo allí.
41  
Y muchos venían a él, y decían que Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; mas todo lo que Juan dijo de éste, era verdad.
42  
Y muchos creyeron allí en él.
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