Josué Mora PeñaMateo 26:17-19; Marcos 14:12-15; Lucas 22:7-38; Juan capítulos 13 y 14 y Primera de Corintios 11:17-34
Este día de la semana se le llama Jueves Santo. Fue la noche antes de la crucifixión de Cristo en la Cruz. Hubo dos cenas: El cordero pascual y la institución de la Cena del Señor, el sacramento sagrado instituido por Jesús mismo después de la cena. La celebración de la pascua empezó cuando el pueblo de Israel se encontraba en Egipto, como esclavo (Éxodo 12). El otro sacramento instituido por Él, es el bautismo, reconocido por la mayoría de las iglesias evangélicas. La Iglesia Católica observa siete sacramentos: además de la Santa Cena o Eucaristía (que significa “acción de gracias”) y el bautismo, también reconocen la confirmación, la penitencia, la extremaunción, el Orden y Matrimonio.
El cordero pascual incluía panes sin levadura, hierbas amargas y un platillo conocido como charoseth, que consistía de una salsa hecha con dátiles, higos, pasas y vinagre. Esto les recordaba el sufrimiento de Egipto. Los que participaban de esta comida, metían las hierbas amargas en esta salsa y las comían. El pan también lo metían en la salsa. Judas lo metió en el plato del Maestro, Cristo Jesús. Después cantaban salmos, y por último comían la carne del cordero. Volvían a cantar los salmos 115-118 y culminaban con el “Gran Hallel”, que eran los salmos 120 al 134. Estos salmos son cánticos graduales. Por lo general se cantaban cuando subían a Jerusalén.
Dice la Biblia que “Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle; ¿Soy yo, Señor? Entonces él respondiendo, dijo: El que mete conmigo la mano en el plato, ese me va a entregar. A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, más ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo haz dicho” (Mateo 26:20-25). Judas Iscariote vendió a Cristo por 30 piezas de plata. Por 1,450 años, los judíos celebraron la pascua, la cual les recordaba su liberación de Egipto y su esperanza de la venida del Mesías prometido. La Iglesia Primitiva continuó celebrando este sacramento (Hechos 2:42).
¿Y Judas Iscariote? De acuerdo con la Biblia, se perdió para siempre. Terminó en el infierno. (Juan 17:12b “...y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese”. (Vea Salmos 41:9. También lea San Juan 6:70-71 y Lucas 22:3. Según algunos, Dios fue injusto al haber escogido a uno de sus discípulos (o apóstol) para que lo entregara. Este es uno de esos casos difíciles de la Biblia de entender, son pasajes oscuros que sin duda alguna entenderemos cuando estemos con Cristo en el cielo. Sin embargo, según mi escasa teología, yo creo lo siguiente: Nadie duda de los atributos de Dios. Él es Omnipotente, del lat. Omnis=todo y potens =poderoso; (Él es todo poderoso); también es Omnisciente (todo lo sabe, el presente, pasado y futuro) y es Omnipresente (está en todas partes, pues Dios es espíritu). Asumiendo esto, yo creo que Dios sabe quién se va a salvar y quién se va a perder. La Biblia dice que Él no quiere que nadie se pierda. 2da Epístola de Pedro 3:9 dice: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.
San Juan 3:16 dice. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda mas tenga vida eterna”. Cuando Moisés quiso ver el rostro de Dios, Él no se lo permitió y le dijo en Éxodo 33.19: “Y le respondió [Dios]: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente”. (Vea también Romanos 9:13 al 18). Dicho lo anterior y si mi teología está correcta, entonces de ninguna manera podemos decir que Dios fue injusto al haber escogido a Judas Iscariote para que lo entregara, pues nuestro Dios, quien es todo Omnisciente, de antemano sabía que Judas el traidor lo iba a entregar y que se iba a perder eternamente.
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