|
|
|
|
Demandas Del Discipulado
|
|
|
Esaú CrespoIntroducción
Uno de
los privilegios más grandes que una persona
puede tener es ser discípula del Señor
Jesucristo. En la Biblia aprendemos que el Señor
Jesucristo llamó a muchas personas para
entrenarlas como discípulas y así llevaran
adelante la obra que Él había comenzado. La
experiencia nos ha enseñado que la mejor forma
para que una iglesia local sea fuerte y firme es
que cada creyente sea discipulado. Sin embargo,
el Señor Jesús nos dice que el ser discípulo
de Él tiene un costo y que cada persona tiene
que estar dispuesta a pagar dicho costo, si es
que quiere ser discípula del Señor Jesucristo.
En el pasaje mencionado el Señor Jesús da los
lineamientos de los que serán sus discípulos.
I.
Amor a Cristo Sobre la Familia.
- El
Señor dice que si el discípulo no "aborrece"
a su familia no puede ser discípulo de
Él. En la Biblia cuando los escritores
usan la palabra "aborrecer"
con respecto a Dios, están usando
lenguaje antropomórfico, es decir, están
asignando a Dios un sentimiento que es
propio de la raza humana que ha sido
contaminada por el pecado. También es
necesario tomar en cuenta la siguiente
consideración, la cual consiste en el
hecho de que "aborrecer"
en la Biblia algunas veces significa amar
menos. En nuestro pasaje aprendemos que
la enseñanza del Señor Jesucristo es
que el discípulo debe estar dispuesto a
amar a su Señor más que a su propia
familia.
- Cuando
rendimos nuestra vida al Señor
Jesucristo, entonces estamos mas
capacitados para amar mejor a nuestra
familia. Es la Biblia la que mejor educa
al hombre para ser un mejor hijo, un
mejor esposo, un mejor padre, etc. Es la
Biblia donde se nos enseña que debemos
honrar a nuestros padres y que el hijo
rebelde contra sus padres no gozará de
la bendición de Dios. No existe otro código
de moral en el mundo ni en la historia
que supere la enseñanza acerca de la
familia como lo hace la Biblia. La
Palabra de Dios nos enseña cómo deben
ser las relaciones entre los padres y los
hijos; entre esposa y esposo; entre los
patronos y los obreros; entre el gobierno
y los ciudadanos. Etc., Pero con todo lo
que se dice acerca del amor a la familia
o al prójimo, el amor del discípulo
hacia el Señor Jesucristo debe superar
todo sentimiento filial. De lo contrario,
nadie puede ser discípulo del Señor
Jesucristo. Por otra parte, además de la
enseñanza bíblica acerca de la familia,
la Biblia dice en Romanos 5:5 "...
porque el amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos fue dado". El Espíritu
Santo nos capacita con un sentimiento
especial para que amemos con amor
inalterable y santo a todos nuestros
familiares, pero primero debemos amar a
nuestro bendito Dios y Salvador, el Señor
Jesucristo.
II.
Amor a Cristo Sobre la Persona Misma.
Uno de
los problemas más serios que abate a la sociedad
mundial es la falta de amor hacia las otras
personas; la tendencia del ser humano es
concentrar toda la atención hacia sí mismo. A
este problema se le llama "egoísmo".
Todos los individuos tenemos intereses
personales, pero para un verdadero discípulo de
Cristo, los intereses del Señor Jesucristo deben
estar sobre cualquier otro interés. La Biblia
nos enseña que el discípulo de Cristo debe
negarse a sí mismo y tomar la cruz cada día.
III.
Disposición aLlevar la Cruz.
La
cruz, como bien se pude ver por el contexto, no
se está refiriendo a ningún símbolo religioso,
sino a una vida de pruebas que vienen por causa
de la fe en Cristo. La historia es abundante en
testimonios de las multitudes de cristianos que
tuvieron que ser sometidos a las más duras
pruebas por causa de la fe en el Señor
Jesucristo. En la primera parte del siglo I, el
sufrimiento fue causado por los judíos; en la
segunda parte del primer siglo y hasta el cuarto
siglo, la persecución vino de parte del Imperio
Romano; pero en toda la Edad Media el pueblo de
Dios fue perseguido por la iglesia Católica
Romana. Sólo basta leer cualquier tratado de
historia para darse cuenta de cómo el pueblo de
Dios fue tratado, sobre todo en los días de los
tribunales católicos conocidos como la "Santa"
Inquisición. En nuestro siglo XX hemos tenido
información del precio alto que algunos
creyentes han tenido que pagar por causa de su fe
en el Señor Jesucristo. En los últimos tiempos
hemos gozado de una relativa calma con respecto a
la reacción de los incrédulos contra los
creyentes en Jesucristo, pero cualquier momento
la bestia de la persecución puede levantar las
garras contra la fe. Sin embargo, el verdadero
discípulo está enterado de cual es el precio
que se puede pagar. El apóstol Pablo dice en
Romanos 8: 35-39: "¿Quién nos separará
del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o
espada? Como está escrito: por causa de ti somos
muertos todo el tiempo; somos contados como
ovejas de matadero. Antes en todas estas cosas
somos más que vencedores por medio de aquel que
nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,
ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni
lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Señor nuestro".
IV.
Disposición a Seguir al Señor.
En las
iglesias evangélicas de El Salvador cantamos un
corito muy sencillo, pero que expresa el
sentimiento de fidelidad a Cristo, el cual dice: "He
decidido seguir a Cristo, he decidido seguir a
Cristo, he decidido seguir a Cristo, no vuelvo
atrás, no vuelvo atrás". En mi
experiencia de pastor he visto mucho sufrimiento
en el pueblo de Dios, pero allí he visto las
gloriosas experiencias de fidelidad. Quiero
contar dos experiencias más recientes que han
sucedido en nuestra comunidad: El hermano Jaime
Guevara, casado, con dos niños, de apenas 20 años
de edad, se encontraba trabajando en una
construcción; manipulando unas varillas de
hierro hizo contacto con cables de alta tensión;
la electricidad lo envolvió en una llama de
fuego y lo arrojó al piso; moribundo fue llevado
al hospital y los médicos lograron salvarle la
vida, pero le amputaron el brazo derecho, y el
izquierdo, después de un largo y doloroso
proceso de tratamiento cirujano, le quedó
desfigurado y sin la capacidad ni para sostener
una taza de café. Cuando algunas veces hemos
tenido que comer juntos, tenemos que hacer los
bocados para que el hermano Jaime pueda
alimentarse. Con una situación como ésta
cualquiera pude deprimirse al grado de ahogarse
en una vida de drogas o de alcoholismo o quitarse
la vida, pero esto no sucedió con el hermano
Jaime que al final de su tratamiento decidió
dedicar su vida al ministerio. ¡Ahora es pastor
evangélico! Pastorea una iglesia en una ciudad
del oriente del país. El otro caso que quiero
mencionar es el de un hermano campesino que fue
atacado por una banda de malhechores que le
robaron sus pocas pertenencias y después lo
encerraron en una habitación junto a su esposa y
en otra habitación violaron a sus hijas. La pena
de esta familia fue terrible, pero la experiencia
de este hombre no lo apartó del Señor; ahora
estudia en el Instituto Bíblico para servir le
al Señor a tiempo completo. Los verdaderos discípulos
del Señor están dispuestos a todo con tal de
tener el glorioso privilegio de servir al Rey de
reyes y Señor de señores.
Conclusión:
Una de
las virtudes de la enseñanza del Señor
Jesucristo es la claridad diáfana con que el Señor
orienta a las personas que quieren seguirlo. No
hay ninguna trampa, no hay ningún engaño; la
Palabra de Dios le dice claramente al hombre el
precio que tiene que pagar para ser un discípulo
de Cristo, pero...¡Vale la pena! Visitas: 16739
|
|
|
|
|
|
|
Lucas 14:25-33 25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo:
26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,
30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.
33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
|
|
|