Esaú CrespoIntroducción:
Antes de interesarnos por los milagros debemos poner todo nuestro interés en nuestra buena relación con Dios. Como podemos ver en el pasaje de nuestra meditación, los líderes religiosos de la nación hebrea se acercan al Señor para pedirle una "señal". Por el Evangelio de Juan sabemos que la palabra señal tiene el significado de milagro. Una pregunta que surge es ¿Para qué pidieron milagros aquellos hombres? Obviamente el Señor no hizo ningún milagro porque conoció los corazones de aquellas personas que sólo querían el elemento sensacional o tentar al Señor. Sabemos que los milagros en los Evangelios tienen propósitos teológicos, es decir, que la intención de Dios es que el milagro lleve al hombre a conocer más acerca de Dios y que esto le comprometa a ser un creyente dedicado a su creador y a sus semejantes. Pero con todo, sostenemos que más importante que los milagros es nuestra relación con nuestro Dios.
Nosotros creemos con todo nuestro corazón que nuestro Dios es todopoderoso para obrar más allá de nuestras capacidades y que lo que es imposible para los hombres para Dios todo es posible. Los Evangelios nos informan que en el ministerio terrenal de nuestro Señor los milagros tuvieron presencia como nunca en la historia del pueblo de Dios. Veamos las diferentes áreas en que el Señor obró milagros:
- Resurrección: poder sobre la muerte
- Provisión de pan: poder sobre la escasez
- Perdón de pecados: poder sobre Satanás y el infierno
- La quietud en el mar: poder sobre los elementos naturales
- La sanidad de los endemoniados: poder sobre los demonios
- Poder de predecir: control sobre el tiempo y la historia.
Como podemos ver, no hay límite al poder de nuestro Señor Jesucristo, y El es el mismo ayer, hoy y por los siglos. De manera que nuestro Señor siempre sigue obrando milagros, pero dichos milagros tienen siempre un propósito divino y son de acuerdo a la soberanía de Dios y no están sujetos a los caprichos de ningún supuesto sanador que más que todo, tratan de manipular a Dios, lo cual es una blasfemia. Por eso el Señor Jesucristo nos da la enseñanza que en este pasaje es bien clara:
I. Antes que los milagros consideremos nuestro pecado personal y nacional. (vs. 38,39 a).
¿Cómo le llama el Señor a aquella generación cuyos representantes son los escribas y fariseos que le piden milagro al Señor? Generación mala y adúltera. El adjetivo "mala" tipifica la naturaleza espiritual de aquella generación y de cualquiera otra que rechaza a Jesús. El adjetivo "adúltera" nos enseña acerca del adulterio espiritual. Es decir, la actitud del hombre que confiesa creer en Dios, pero con sus hechos niega a Dios. Hay adulterio espiritual en las iglesia locales con aquellos creyentes que profesando la fe en Jesucristo viven igual que los incrédulos. En el Antiguo Testamento, los profetas usaron la ilustración del matrimonio para enseñar la relación espiritual de Dios con su pueblo, Jehová era el esposo y el pueblo de Israel era la esposa. Con respecto a esta enseñanza conviene leer el libro del profeta Oseas. Este adulterio que Jesús menciona es espiritual, pero puede incluir también el pecado contra la familia por cuanto en aquellos días como hoy, la gente sin temor de Dios no tiene respeto por la familia.
Los escribas y fariseos estaban interesados en pedirle al Señor en que obrara milagros y no se daban cuenta de su miseria espiritual y por eso el Señor les hace ver que no va a se milagros como ellos pedían, sino que hará algo que traiga la solución para el pecado de aquella "generación mala y adúltera"
II. Mas importante que los milagros es la solución de nuestros pecados. (39b . 40).
- Jonás es un tipo de la muerte y resurrección del Señor Jesucristo.
- Cristo fue inocente, es decir, él nunca pecó, pero tomó nuestro lugar en la cruz del Calvario. La concepción del Señor fue inmaculada y su vida fue intachable, por eso el apóstol Pedro dice las siguientes palabras:
"Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" (I Pedro 1:18,19)
- Jonás sólo era un siervo desobediente, pero Cristo es el amado Hijo obediente. Por eso El dice: "He aquí mas que Jonás es este lugar".
III. Antes que los milagros consideremos la demanda divina del arrepentimiento (v. 41).
- Jonás predicó un mensaje escueto; Jonás nunca explicó la causa del porqué Nínive sería destruida ni quien la iba a destruir ni cuál era la demanda del que la quería destruir, pero Cristo declaró todo el consejo de Dios.
- Jonás predicó su mensaje, pero deseando que la gente no le hiciera caso, Cristo lloró deseando que la gente volviera a Dios (Lucas 20: 41,42).
- Los Ninivitas respondieron a la predicación de Jonás, pero nuestra generación es dura de corazón.
IV. Antes que los milagros consideremos la gracia de Jesucristo (v. 42).
La gracia de nuestro Señor Jesucristo hace posible que nosotros siendo una generación "mala y adúltera" y dignos de que Dios nos destruya como Jonás le dijo a los ninivitas; sin embargo, el deseo de Dios es que toda la raza humana sea salva de todo condenación y todo sólo por la fe en nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión:
Los milagros son importantes, pero más importante que los milagros es que seamos honestos y veamos nuestra situación espiritual y busquemos el perdón que viene por la fe en el Señor Jesucristo. Después de arrepentirnos y ser lavados de nuestros pecados por la sangre de Jesús y ser regenerados por el poder del Espíritu Santo, entonces vendrán los milagros de Dios a nuestra vida para hacer más fácil nuestro ministerio y el diario vivir de nuestra vida cristiana.
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