Noviembre 22, 2024
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El Gran Fracaso de un Gran Hombre

 
 

Esaú Crespo

Introducción:

El pasaje de Daniel 5 nos relata el fracaso de un rey de Babilonia. La historia nos cuenta que el rey Beltsasar fue el último de la dinastía de Nabucodonosor porque el imperio pasó a los Medos y los Persas. El personaje que se destaca en este pasaje es, sin duda, Daniel que fue uno de los príncipes cautivos de Israel llevados por Nabucodonosor al exilio en el país de Babilonia.

Daniel fue un varón comprometido con Dios porque desde su juventud propuso en su corazón obedecer las leyes de Dios y ser testimonio de bendición para todos los que le rodeaban en el palacio donde vivió por algún tiempo.

Cuando reinó Beltsasar, nieto de Nabucodonosor, el Imperio Babilonio se encontraba en la cúspide de la grandeza; todos los países del mundo estaban sometidos a la directriz política, religiosa, económica y cultural del Imperio. Pero, como siempre sucede con todos los imperios, la corrupción, la idolatría y toda clase de perversiones dio al traste con toda la grandeza de aquella nación. El libro del profeta Daniel se encarga de decirnos cuál fue la causa de aquel fracaso. El ambiente del capítulo 5 comienza con alegría, veamos, pues, ¿Que pasó?:

I. Una gran fiesta (verso 1a)

El rey había invitado a mil de sus príncipes, sus esposas y sus amantes ("concubinas"). El ambiente en el palacio era de fiesta, alegría, placeres y complacencia. Abundaba la música, el licor, el alimento y todos los manjares inimaginables: todo era un completo bacanal! El rey era el centro de todas las atenciones; era objeto de los aplausos y la admiración de lo mejor de la sociedad del reino babilonio. Como el licor era abundante, el rey pasó a dar otro paso en el ocaso de su gloria.

II. Una gran borrachera (verso 1b)

La abundancia económica sin el temor de Dios se vuelve una maldición para el Hombre. La Biblia dice que "raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores". (I Tim.6:10) En la Biblia nunca la pobreza es un ideal. El deseo de Dios es que el hombre progrese en todo sentido, pero que haga buen uso de esas riquezas. Beltsasar usó su podes económico para darle riendas sueltas a sus apetitos carnales y en su desenfreno pasó a otra etapa en su fracaso personal.

III. Una gran blasfemia (vs. 2-4)

¿Sabe usted, en qué consiste una blasfemia? La blasfemia consiste en faltarle el respeto a Dios, en hacer uso impropio de todo aquello que pertenece a Dios. El rey cometió la torpeza de usar los vasos sagrados del templo de Jerusalén donde solamente los sacerdotes israelitas podían beber. El rey bebió en aquellos vasos sagrados para expresar su odio contra el pueblo de Israel y contra el Dios de Daniel. Pero, sabe, que Dios perdona todo pecado y blasfemia, pero la única blasfemia que Dios no perdona es cuando el pecador rechaza la salvación que Cristo ofrece a toda persona.

Dios le testificó a los reyes de Babilonia a través del profeta Daniel, pero aquellos hombres incrédulos rechazaron la gracia de Dios que busca el bien eterno del hombre. El rey Beltsasar en ves de recibir la Palabra de Dios, rechazó a Dios, expresó su aversión a Dios cometiendo una gran blasfemia. La Biblia claramente dice: "No mires el vino cuando rojea porque suavemente entrara, pero al final como serpiente morderá".

Son millones de fracasos, accidentes, que hay en el mundo por causa del consumo de alcohol. Los hombres pueden tener las pasiones más bestiales, pero sin alcohol la gente se controla, pero bajo los efectos del alcohol o las drogas, la persona queda expuesta a cometer las más grandes desgracias.

El vino se consumió con motivo de la fiesta, pero el vino también provocó que el rey cometiera esta gran blasfemia contra Dios. Lo que al principio fue algo con apariencia de inocencia se convirtió en una gran tragedia. El pecado no siempre se presenta tal como es, siempre asoma de una manera atractiva, inocente, pero cuando la persona sucumbe ante él, entonces muestra su verdadera naturaleza. Repasemos nuestro mensaje: la fiesta trajo el vino y el vino trajo la blasfemia.

IV. Un gran juicio (vs 5-29)

En el albor y excitación de la fiesta ocurre un fenómeno en el salón de la alegría: aparece una mano escribiendo en el encalado de la pared las siguientes palabras: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. Inmediatamente que la mano apareció escribiendo, la Biblia dice que la fiesta cesó, cesó la música, cesó la danza, cesaron las risas, cesaron los chirridos de las copas, cesaron las alabanzas y los aplausos al rey, cesó todo, menos la obra de Dios en contra de aquel rey malvado. Las rodillas del rey se debilitaron y chocaban la una contra la otra. El rey se turbó ante sólo una mano, piense como será la situación de los pecadores incrédulos en el día que tengan que dar cuenta de sus pecados ante el glorioso Juez, nuestro Señor Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores.

Llegaron al palacio los adivinos, los astrólogos y todos los involucrados en ocultismo que era muy común en Babilonia, pero ninguno de ellos pudo dar la interpretación al rey, sólo Daniel porque la Palabra de Dios sólo la puede interpretar el que tiene temor de Dios, el que vive en comunión con Dios por la fe en Señor Jesucristo.

El profeta Daniel con gran serenidad y aplomo dio al rey la interpretación de la escritura en la pared. Pero antes de la interpretación le dijo al rey de todos los fracasos que había cometido pecando contra Dios y que ahora tenía que enfrentarse con el Dios de justicia.

La Biblia dice que Dios es amor, pero también dice la Biblia que Dios es fuego consumidor. El profeta Daniel le dijo al rey que Dios le había puesto final a su reino; le dijo que había sido pesado en la balanza de Dios y había sido hallado falto; también le dijo que su reino era quitado para ser de los Medos y los Persas. La fiesta trajo el vino, el vino provocó la blasfemia y la blasfemia provocó el juicio de Dios.

V. Un gran castigo (vs 30,31)

Aquella noche se murió el rey Beltsasar. Su muerte fue prematura.

Los pecados contra Dios muchas veces aceleran nuestra partida a la eternidad.

El reino le fue quitado. Toda su gloria se le esfumó en unos breves momentos y pasó a la eternidad sin Dios y sin ninguna esperanza. Debemos preguntarnos ¿Cuál es la enseñanza que nos deja este pasaje?

Varias:

  • No seamos rebeldes contra Dios
  • No seamos orgullosos, porque la vida se nos puede esfumar en el momento menos pensado
  • Entreguemos nuestras vidas al Señor Jesucristo para que El nos perdone y transforme nuestras vidas y tengamos la esperanza de la vida eterna.

Conclusión:

La fiesta trajo el vino, el vino provocó la ofensa contra Dios, la ofensa contra Dios trajo el juicio divino y el juicio divino trajo el castigo eterno de aquel pecador. La Biblia dice: "que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo".

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Pasaje

Daniel 5

1 El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino.

2 Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre había traído del templo de Jerusalén, para que bebiesen en ellos el rey y sus grandes, sus mujeres y sus concubinas.

3 Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas.

4 Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

5 En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía.

6 Entonces el rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una contra la otra.

7 El rey gritó en alta voz que hiciesen venir magos, caldeos y adivinos; y dijo el rey a los sabios de Babilonia: Cualquiera que lea esta escritura y me muestre su interpretación, será vestido de púrpura, y un collar de oro llevará en su cuello, y será el tercer señor en el reino.

8 Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni mostrar al rey su interpretación.

9 Entonces el rey Belsasar se turbó sobremanera, y palideció, y sus príncipes estaban perplejos.

10 La reina, por las palabras del rey y de sus príncipes, entró a la sala del banquete, y dijo: Rey, vive para siempre; no te turben tus pensamientos, ni palidezca tu rostro.

11 En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos,

12 por cuanto fue hallado en él mayor espíritu y ciencia y entendimiento, para interpretar sueños y descifrar enigmas y resolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre Beltsasar. Llámese, pues, ahora a Daniel, y él te dará la interpretación.

13 Entonces Daniel fue traído delante del rey. Y dijo el rey a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá,que mi padre trajo de Judea?

14 Yo he oído de ti que el espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se halló luz, entendimiento y mayor sabiduría.

15 Y ahora fueron traídos delante de mí sabios y astrólogos para que leyesen esta escritura y me diesen su interpretación; pero no han podido mostrarme la interpretación del asunto.

16 Yo, pues, he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, y un collar de oro llevarás en tu cuello, y serás el tercer señor en el reino.

17 Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey: Tus dones sean para ti, y da tus recompensas a otros. Leeré la escritura al rey, y le daré la interpretación.

18 El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad.

19 Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de él. A quien quería mataba, y a quien quería daba vida; engrandecía a quien quería, y a quien quería humillaba.

20 Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria.

21 Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place.

22 Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto;

23 sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos; además de esto, diste alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste.

24 Entonces de su presencia fue enviada la mano que trazó esta escritura.

25 Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN.

26 Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin.

27 TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto.

28 PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas.

29 Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino.

30 La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos.

31 Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años.

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