Introducción
La teorÃa del purgatorio, tal como la enseña la Iglesia Católica Romana, forma parte del sistema de auto justificación y auto salvación. Esto, empero, contradice toda la enseñanza de la Palabra de Dios.
¡Qué paz y consuelo es el saber que mi cuerpo y alma en vida y muerte pertenecen a mi fiel Salvador Cristo Jesús! El me compró con Su sangre preciosa, pagó todos mis pecados y me libró de todo poder de Satanás. La obra salvadora de Cristo es perfecta y reduce todos nuestros sistemas humanos de penitencia a vanas miserias sin significado alguno. Pues si Dios tendrÃa que considerar nuestras obras (penitencias) no hallarÃa razón alguna para amarnos y aceptarnos como Sus hijos.
¡Sólo el nombre de Dios sea alabado! Solamente podemos gloriarnos en el nombre del Señor Dios Quien nos hace aceptos por la obediencia de Cristo. "Y en ti se regocijarán los que aman tu nombre" (Sal. 5:11). Su nombre es santo.
En su nombre hay salud. Asà pues la doctrina del purgatorio es una ofensa para el amor del Señor Dios y la obra redentora de Cristo. El llevo nuestros pecados en la cruz. El consumó todo. El es nuestra justificación, y santificación y redención (1 Cor. 1:30).
Su sangre nos limpia de todos nuestros pecados. Por ello, la teorÃa del purgatorio abiertamente deshonra a Dios y a su Evangelio de la Gracia libre.
Asà se hace mentiroso a Dios, y se niega la palabra de IsaÃas que dice el castigo de nuestra paz sobre El; y por su llaga fuimos nosotros curados (Is. 53:5).
Es por eso, que con santa reverencia al nombre de Dios hay que levantar a Dios ante tanta deshonra al Señor. También Calvino decÃa en cuanto a esta teorÃa impÃa del purgatorio que el callar es muy peligroso, cuando la redención de los pecados se busca más allá de la sangre de Cristo... (Inst. III, V,6)
Levantemos bien en alto la bandera de la Cruz (Is. 62:10), pues sólo en la Cruz hay plena salvación para todo aquel que cree. Es mi deseo que este estudio sea de utilidad y bendición para la iglesia de Jesucristo.
Visitas: 8098